Del desastre nuclear al paraíso de las renovables.
El 11 de marzo de 2011 se produjo en la costa noroeste de Japón un terremoto de magnitud 9 que provocó un gran temblor. Se formó un tsunami que alcanzó e inundó la planta nuclear de Fukushima.
Como medida de seguridad, los tres reactores nucleares se apagaron automáticamente. Pero apenas una hora después el gran tsunami sobrepasó el muro de contención de cinco metros. El agua dañó los generadores diésel y provocó tres fusiones de núcleo, tres explosiones de hidrógeno y una fuga radiactiva.
Solo Chernobyl supera el nivel de desastre nuclear alcanzado en Fukushima.
Sus tierras aun conservan síntomas del daño causado, y la población desalojada no ha vuelto a la región. Así que 8 años después, el gobierno de la región ha pensado en repoblar el lugar con un nuevo proyecto de energía limpia.
El proyecto renovable estará compuesto por 11 plantas de energía solar, 10 plantas de energía eólica y una nueva red eléctrica de última generación a lo largo de un eje de más de 80 kilómetros.
El Gobierno de Fukushima, el Banco de Japón y un grupo de inversores privados planean que el gran centro de energías renovables haya terminado de construirse antes del 2040. El “nuevo Fukushima” producirá 600 megavatios de energía, el equivalente a dos terceras partes de la central nuclear.
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